Además, siempre han tenido tolerancia cero para conductas constitutivas de acoso laboral o sexual.
Por Gonzalo Díaz Moya
En mayo de este año, Scotiabank Chile comenzó a circular su nueva Política de Diversidad e Inclusión a toda la organización, la cual busca garantizar el respeto a la diversidad junto a colaboradores, clientes y comunidad.
“Con esta política, el banco se compromete a enfocar sus esfuerzos hacia la inclusión de género, personas con discapacidad, la diversidad cultural y las personas de las comunidades LGBT, además de realizar acciones transversales en los ámbitos de capacitación, comunicación, medición y aporte a la comunidad”, explica su vicepresidenta senior de Riesgo y Líder del Comité de Inclusión, Carolina Parra.
Agrega que durante 2017, el banco implementó la primera encuesta sobre discapacidad, con el fin de conocer cuál es la realidad de sus colaboradores. “A partir de los resultados, desarrollamos un plan de trabajo que tiene como principales ejes estratégicos, el trabajo con los actuales colaboradores con discapacidad, los colaboradores futuros a través del área de Selección, y en temas de políticas y procedimientos de Recursos Humanos, Prevención de Riesgos, y Tecnología”.
También, comenta que se dictó una serie de charlas de sensibilización para concientizar a sus colaboradores respecto de la equidad de género.
Por otra parte, y en un tema que ha estado contingente en diversos ámbitos del país, Parra enfatiza que siempre han tenido tolerancia cero para conductas constitutivas de acoso laboral o sexual. “En febrero de este año, Scotiabank lanzó una Política Global contra el Acoso, donde se establecen los protocolos de denuncia e investigación. A su vez, contamos con la Política de Vías Alternativas de Resolución, que nos permite resguardar los derechos de las personas que se sientan vulneradas”, detalla.
Hoy, en Scotiabank trabajan 3.741 personas, de las cuales un 53% son mujeres y un 47% son hombres. En los niveles de liderazgo, el 19% de los vicepresidentes del banco son mujeres, mientras que el cargo de directoras alcanza al 23%. En cuanto al rango etario, la generación BB (nacidos entre 1946 y 1964) alcanza un 17%, la X (1965-1979) un 48%, y la Y (Millennials, 1980-2000) un 35%.
Respecto de los impactos de esta nueva política, la ejecutiva señala que tienen metas para la inclusión de mujeres en alta dirección, donde han tenido un enfoque desde hace varios años. Y en cuanto a la inclusión de personas con discapacidad, no quieren sólo cumplir una cuota de 1% como lo establece la ley. “Nuestro enfoque está en fortalecer una cultura inclusiva, donde el colaborador sea evaluado por sus competencias y se desarrolle como profesional dentro de la organización”, resalta.